Almacenistas de Lustau: la pureza

Asistimos a una cata única, organizada por el grupo ‘Sherry, por favor’, para descubrir la verdad que encierran estos vinos artesanos que Bodegas Lustau se encarga desde hace años de mostrar al mundo.

Bodegas Lustau, una de las firmas más nobles y fuertes del negocio de los vinos en el Marco de Jerez, tiene una gama, llamada Almacenistas, que la misma bodega define así: “Artesanos independientes que elaboran vinos en sus pequeñas bodegas. Lustau mima y selecciona desde hace décadas estos excepcionales vinos para embotellarlos tal cual se extraen de sus soleras originales. Todo un homenaje a estos artesanos del Jerez y a los orígenes de Lustau“.

Días atrás asistimos en el Hotel Doña Blanca de Jerez a una cata de estos vinos organizada por ‘Sherry, por favor’, un grupo de amigos unidos por la pasión por los vinos de Jerez y su conocimiento, que tuvieron, además, la gentileza y el detalle de añadir en el mantel de cata la colaboración de Vinomio Blog & Podcast (aunque ya os digo que nuestra única aportación fue la de asistir y disfrutar del espectáculo). La sesión fue impartida por Federico Sánchez Pece, Director de Exportaciones de Bodegas Lustau y, obviamente, uno de los más grandes conocedores de estas verdaderas maravillas. No sólo nos guió por los aromas y sabores de estos vinos sino que nos desveló sus historias, las de esas pequeñas bodegas de toda la vida en las que Lustau viene buceando desde hace tantos años para encontrar finos, amontillados, olorosos únicos.

De la cata pudimos sacar varias conclusiones. La primera, que el sostenimiento futuro del vino de Jerez en los mercados y el interés de los consumidores por estas joyas que se elaboran en el Marco pasa inevitablemente por conservar los métodos tradicionales y buscar las maneras más artesanales y menos industriales desde la viña hasta la crianza y el embotellado. Buscar la pureza. La segunda es que todos los vértices (Jerez, Sanlúcar y El Puerto) del famoso triángulo que forma el Marco de Jerez atesoran grandísimos tesoros enológicos y son igual de importantes para la pervivencia de esta seña de identidad de nuestra tierra que son los vinos generosos. La tercera es que el grupo ‘Sherry, por favor’, va a dar que hablar y para bien en los círculos de los seguidores de los vinos de Jerez. Y la cuarta es que el Hotel Doña Blanca, que ha reabierto tras el parón obligado por la pandemia, ha remozado sus ya de por sí magníficas instalaciones y es un establecimiento del que el centro de Jerez puede presumir

Los vinos

La cata constó de cinco extraordinarios vinos. Fueron estos:

1.- Fino de El Puerto en Rama. Saca 2020

Obra de arte de la crianza biológica. Levadura y salinidad. Equilibrio. Sapidez. Fantástico.

2.- Amontillado de Sanlúcar. Manuel Cuevas Jurado

Amontillado clásico de manzanilla. Largo, seco, con una crianza media de 12 años. Sólo hay 21 botas de las que se extrae este vino. Elegancia, salinidad y frutos secos. Rozando la perfección.

3.- Amontillado del Castillo. Antonio Caballero

Proviene de una de las 38 botas que lo crían en el Castillo de San Marcos, de El Puerto de Santa María. De una vejez media de 19 años y un bello color ámbar tiene intensidad, es punzante y nos deja recuerdos a madera. Un diez.

4.- Palo Cortado Cayetano del Pino.

Delicado, redondo, untuoso. Se queda en tu paladar y en tu garganta por largo tiempo. La solera la conforman 22 botas tan sólo. La vejez media es de más de 20 años. Formidable.

5.- Oloroso “Pata de Gallina”. Juan García Jarana

Si en algún momento te habías alejado de los olorosos, este vino te reconcilia con ellos y te hace preguntarte por qué no lo has descubierto antes. Pensado en principio para un palo cortado, Pata de Gallina evolucionó hasta convertirse en un oloroso de gran categoría. Intenso, elegante, redondo, untuoso y con un final ligeramente dulce. Extraordinario.

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